El mantenido | Bitácora casi real de un cibercurrante
Las cuatro de la madrugada. Estoy despierto desde las tres. Le ha costado tomarse el biberón. Desvelado, preparo un descafeinado, encuentro un lápiz en la cocina y, ya en el salón, escribo: "Los vecinos me llaman el mantenido. Jódete y baila. Media vida empollando, y la otra currando, para que el infeliz del octavo derecha me bautice con..." Muevo la silla sin querer y oigo llorar. Le pongo el chupete, me agarra un dedo y se vuelve a dormir. Aguanto un rato y regreso a la cama. Después de desayunar encuentro el folio. Empiezo a darle vueltas a la idea de escribir un diario en Internet. Me atrae refugiarme bajo un pseudónimo, pero desecho esa opción según voy pensando en todo lo que colgaría. Como me inquieta desnudarme demasiado, decido cobijarme en un personaje "casi real".